De ultraconservadores y Coquimbos. Anarella Vélez.

abril 8, 2024 at 5:30 am (Uncategorized)

De Ultraconservadores y Coquimbos

Francisco Morazán, ilustración de Rigoberto Paredes Vélez,

El pensamiento ultraconservador radical ha subsistido a lo largo de la etapa democrática de Honduras encarnado en diferentes fuerzas políticas, pese a que representa y propaga valores sociales incompatibles con la República de derecho a la que aspiramos como sociedad. Durante la crisis política que llevó a la disolución de la Federación Centroamericana, y que solo pudo ser retrasada temporalmente por la brillante capacidad política y militar de Francisco Morazán, se perfiló la ideología extremista, rapaz y excluyente que caracteriza a los grupos de poder en Honduras aún en nuestros días, y que se manifestó en su más absoluta expresión durante las dictaduras, por ejemplo, de Tiburcio Carías Andino, Roberto Micheletti o Juan Orlando Hernández. En cualquiera de estos periodos se adoptaron las mismas prácticas de represión, desestabilización de la institucionalidad, marginación y persecución de los grupos minoritarios al igual que de la oposición política. En cada ocasión se sufrió un estancamiento social y una erosión grave de las conquistas sociales, pero todo esto sirvió para beneficio de las élites económicas tradicionales que incrementaron intensamente los privilegios de que históricamente han gozado.

Si podemos afirmar, pues, que el partido Nacional, que hoy en día está firmemente identificado con la ultraderecha internacional, sigue encarnando el conservadurismo regresivo, con todos sus rasgos feudales, que afligió a la federación Centroamericana, debemos ver por extensión su opuesto completo en el grupo Coquimbo. Esta articulación de los intelectuales hondureños fue precisamente bautizada en honra a la memoria de la lucha Morazánica al nacer con el propósito de rescatar y volver a divulgar los ideales democráticos en una época en que la tarea política más crítica que enfrenta el pueblo hondureño es precisamente restituirlos. La necesidad de formar Coquimbo, así como la misión que este importante colectivo conduce, surgieron con tanta naturalidad en la coyuntura social pos golpe en Honduras, precisamente debido a que los valores Morazánicos siguen tan vigentes en nuestra época como lo fueron en el génesis de nuestra patria, y hoy más que nunca vivimos con el reto y la oportunidad trascendentales de defender las libertades y los derechos de los hondureños que tan sagrados fueron para nuestro gran prócer.

Desde esta perspectiva debemos ver con un afilado sentido crítico el sistema capitalista neoliberal que predominó en nuestro país hasta la llegada al poder de Xiomara Castro. El colmo del entreguismo y la desvalorización de nuestra soberanía patria lo sufrimos con el establecimiento de las ZEDE, la concesión de nuestros servicios básicos a la EEH y COVI, el brutal aumento del costo de la vida para la mayor parte de la población mientras que una réducida élite privilegiada con exoneraciones fiscales se lucraba con la explotación de nuestros recursos, y la lenta destrucción de nuestros sistemas de educación y salud públicas. El monopolio de los oligarcas nacionales sobre los medios de comunicación no bastó para cegar a la población sobre la que tradicionalmente habían influido, ante tal grado de rapacidad.

Debemos entender que si llegamos a esta situación, fue precisamente porque las dictaduras que se sucedieron tras el golpe de estado fueron sostenidas por potencias extranjeras sin las cuales nunca habrían podido perpetuarse en el poder. Esta es quizás la clave para ilustrar, a través de un contexto moderno, que la ideología capitalista es absolutamente inseparable e indivisible del imperialismo, es decir que la misma está diseñada como mecanismo de explotación y extracción de la riqueza de la “periferia mundial”, que son los países en vías de desarrollo. Este sistema neocolonial atraviesa hoy en día la crisis más aguda de su historia, ya que nos encontramos en el umbral de una transformación fundamental de las relaciones de poder internacionales, a medida que el bloque económico BRICS va eclipsando al G7, que ya tiene décadas de estar sumido en el estancamiento económico, y cuyo declive se está acelerando.

Si la caída del orden mundial neoliberal es inevitable, ¿qué le sigue? Hemos presenciado que los llamados a cambiar desde dentro las disfunciones del sistema occidental han sido desoídos en los países del primer mundo, y que los políticos que han intentado dirigir una reforma integral del mundo capitalista, como Sanders, Corbyn o Melenchón, han sido marginados por las élites políticas y económicas de sus respectivas tierras. Lejos de responder a estas voces de moderación, las potencias occidentales y sus aliados de la periferia mundial se han volcado a la radicalización. Hoy se multiplican desde la derecha los peores mensajes de odio contra los izquierdistas y agrupaciones políticas afines como el feminismo o los grupos organizados de minorías sociales. A medida que el mundo se dirige a desacoplarse del capitalismo neoliberal, el socialismo emerge para los derechistas como una amenaza preponderante para el orden establecido y el sistema de privilegios económicos insostenibles que defienden; pues lo cierto es que si ya definimos al capitalismo como la ideología imperialista y neocolonial por excelencia, el socialismo es la doctrina del antiimperialismo y la emancipación de los pueblos. Seguramente todos aquí podrán valorar esta circunstancia en los eventos que transcurren tanto a nivel nacional como internacional. Como hondureños y latinoamericanos atravesamos un momento extremadamente delicado, vulnerables a la peor violencia imperialista, por un lado, como ya lo hemos vivido en Honduras, y por el otro, en el umbral de importantes cambios históricos que deben permitirnos, como país soberano e independiente, finalmente culminar con ese hermoso sueño de Morazán, una república próspera, igualitaria, y unida por el sentido de la hermandad entre compatriotas.

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De las luchas sufragistas al Poder. Anarella Vélez

enero 25, 2024 at 2:52 pm (Uncategorized)

Josefa Lastiri

En el milenario sistema de  opresiones en el que han sobrevivido las mujeres, podemos hilar el camino hacia la anulación del orden de desigualdades instaurado por la cultura patriarcal. En el terreno de los antecedentes de nuestras luchas debemos recordar el valioso ejemplo de doña Josefa Lastiri (1792-1846) y su vital acompañamiento a la heróica gesta morazánica; también debemos mencionar que en 1894 algunos diputados propusieron tempranamente que las mujeres adquirieran el derecho a votar, se lo habían ganado gracias a su participación en las revueltas que llevaron al poder al liberal Policarpo Bonilla. 

Sin embargo,  es a inicios de siglo XX que se dan las luchas de las mujeres organizadas. En estos primeros tiempos  destacan  Visitación Padilla (1882-1960) como propulsora de la Organización de la Sociedad Unionista “Juan Rafael Mora” y también como organizadora del Comité Hondureño Pro-Conferencia del Caribe.

Hacia 1926,  un grupo de mujeres entre quienes se destacan  la ilustre profesora de educación primaria antes mencionada, Visitación Padilla, la extraordinaria luchadora social Graciela Amaya de García (1897-1995) junto a las comprometidas Antonieta, Jesús, Mariana y Ceferina Elvir,  María Luisa Medina, Eva Sofía Dávila,  Goya Isabel López, Flora Suazo, Ángela y Genoveva Andino, Natalia Triminio, Rosita Amador, Juana Ochoa, Sofía Vega, María López, Adriana Hernández, Florencia Padilla, Rosa Flores, deciden organizar la asociación “Cultura Femenina”,  cuya primera secretaria general fue Visitación Padilla.

Estas primeros grupos de mujeres que se organizaron en Honduras hacia la década de 1920 heredaron al movimiento de mujeres  una invaluable experiencia organizativa; ellas fueron  en su mayoría profesoras formadas en las normales de maestras creadas con la Reforma Liberal, escuela que les aportó una mayor comprensión y sensibilidad sobre su entorno social.

En este contexto, La Federación Sindical Hondureña[i] consideraba a Cultura Femenina como una de las columnas más sólidas y fuertes sobre las que descansaba su estructura orgánica, que sólo logro destruir la dictadura del Gral. Tiburcio Carías Andino,  régimen que clausuró todas las organizaciones populares. Desde “Cultura Femenina” se presionó al Congreso Nacional para que exaltara a la Madre Hondureña, y gracias a su tesonera labor logran que el 24 de enero de 1927 ese poder del Estado emitiera el Decreto 32,  estableciendo la celebración del Día de la Madre.  

Choncita –como se conocía a la profesora Visitación Padilla–  también fue fundadora y presidenta  del Frente Femenino Hondureño Pro-Legalidad.  Dicho frente luchó contra el continuismo Cariísta.  

En la década de los años 40s, en plena dictadura,  las mujeres  reorganizadas reinician la batalla por sus derechos politicos y culturales, entre quienes podemos mencionar a  la periodista y escritora María Trinidad Delcid, quien fundó el Comité Femenino Hondureño y la poeta Olimpia Varela, fue la responsable de darle vida al grupo Ideas. En  estas luchas participaron activamente las escritoras  Lucila Gamero de Medina, Clementina Suárez, Argentina Díaz Lozano.

Igualmente,  Gracielita García, quien vivió en Tegucigalpa desde 1915 y era de origen salvadoreño, se vincula a las luchas  por los derechos de ciudadanía de la mujer, desde el sufragismo político y  la educación, lo hace desde su propia organización,  Asociación Cultura Femenina, lo cual refleja el empoderamiento de la mujer a través de la creación de organizaciones con agendas específicas. 

Las mujeres lograron ingresar  a la universidad en la década de los 30,  hasta entonces la educación superior estaba destinada unicamente a los hombres [ii]

con la irrupción de la mujer en política y su creciente participación en el ámbito académico e intelectual se acelera la conquista de los espacios públicos. 

La necesidad de enfrentar y expulsar del poder a la dictadura instalada en el pais (1933-1949), obligó a las mujeres a jugar roles protagónicos, especialmente en las marchas de 1944 en Tegucigalpa y San Pedro Sula. El 06 de julio de aquel año  salieron a las calles de SPS  para exigir elecciones libres y acabar con la dictadura que oprimia al país, bajo las órdenes del general Tiburcio Carías Andino, del Partido Nacional de Honduras. Al menos 70 personas fueron asesinadas y 125 heridos en SPS por balas militares- policiales por orden del Ministro de Guerra Juan Manuel Gálvez. 

A finales de la dictadura de Carías en 1948 las mujeres hicieron una nueva solicitud para la aprobación del sufragio femenino, pero no fue escuchada.  El surgimiento de la ONU y la declaración de los derechos humanos, fomentaron un clima favorable para que las demandas de las mujeres fueran escuchadas.

En el escenario de la pos Segunda Guerra Mundial, bajo la presión del pueblo de Honduras y  de los Estados Unidos, Tiburcios Carías Andino fue obligado a convocar a elecciones en 1949. Tras un proceso considerado como fraudulento, fue electo presidente Juan Manuel Gálvez; durante la administración de Gálvez (1949-1954) los obreros bananeros organizaron la gran huelga del 54[iii]que cambió la historia de los derechos laborales del país y al mismo tiempo sentó las bases para nuevas reformas sociales, inclusive creó un mejor clima para el reconocimiento de los derechos politicos de las mujeres.

Hacia 1951, las agrupaciones de mujeres,  concentradas en su mayoría en Tegucigalpa,  formaron una alianza con el propósito de lograr el reconocimiento de sus derechos civiles, quedando constituida la Federación de Asociaciones Femeninas de Honduras (FAFH)”, instituyéndose  en la principal organización de mujeres cuyas protagonistas buscaron formas de vincularse con las nuevas instancias internacionales, como la CIM (Comisión Interamericana de Mujeres), para así promover cambios jurídicos que mejoraran la condición de las mujeres de Honduras. Los objetivos de la FAFH fueron el sufragio y también cambios al Código Penal de 1906, el cual registraba importantes articulos en torno a la vida conyugal en el país.

En las actividades sufragistas de la década de los 50’s toman el liderazgo  político  Trinidad Del Cid, Olimpia Varela y Varela,  Alejandrina Bermúdez  –presidenta de la FAFHs–,  y  Visitación Padilla como miembra del Partido Liberal de Honduras. En respuesta al apremio de las mujeres, y a pesar de la convulsionada situación política,  la iniciativa de ley por el sufragio femenino fue presentada a finales de 1954 en el Congreso Nacional por cinco diputados encabezados por  Elíseo Pérez Cadalso. 

Los derechos políticos de la mujer fueron oficialmente reconocidos en 1955, en medio del abandono del gobierno por Gálvez y el fraude electoral a Villeda Morales.  En este escenario asume el poder Julio Lozano Días y es durante su mandato que es tomada en consideración por unanimidad la moción de reconocimiento de nuestros derechos políticos, así se aprobó el Decreto número 30, el 25 de enero de 1955, que reconoce a la mujer hondureña sus derechos políticos. A partir de entonces,  celebramos esa fecha histórica como “Día de la Mujer” hondureña.

Recordemos que tras el primer intento de 1894 de reconocer nuestro derecho político, cuando se instala una Asamblea Constituyente, con el fin de legitimar el gobierno de Policarpo Bonilla, que había tomado el poder por la fuerza de las armas,  el diputado por Olancho Francisco Argueta Vargas mocionó que el artículo 24 del texto Constitucional fuese rematado con una corta frase “El sufragio se hace extensivo a la mujer”, argumentando que éste sería un acto de justicia por su participación en la guerra civil que los llevó al poder. Aún así, de los cuarenta diputados que conformaban el Congreso, 37 votaron en contra.

En 1924, durante el gobierno del liberal Vicente Tosta Carrasco, el diputado Manuel Guillermo Zúniga mocionó para que se reconociera el derecho femenino a participar en los procesos de elección de los gobernantes. La mayoría de los asambleístas rechazó, nuevamente, la propuesta de Zúniga.

A inicios del gobierno del Doctor Tiburcio Carías Andino, el diputado Mariano Bertrand Anduray introdujo en el Congreso la moción para que se otorgara a las mujeres hondureñas los mismos derechos políticos que se habían conferido a los hombres. Para la campaña de Carías Andino, las mujeres se habían organizado en clubes de apoyo al partido nacional. En esa ocasión también fue rechazada la moción.

A partir de 1945, con el fin de la Segunda Guerra Mundial y la subsiguiente ola democratizadora, las mujeres toman la iniciativa en la lucha por la libertad en distintos ámbitos de la sociedad hondureña. Vale la pena remarcar algunos de sus nombres: Visitación Padilla, Graciela Bográn, Enma Bonilla, Argentina Díaz Lozano, Olimpia Varela y Varela, Lucila Gamero de Medina, Paca Navas de Miralda, Cristina Hernández, María Trinidad del Cid y Doña Carlota de Valladares.

Estas intelectuales promovieron el sufragismo desde diferentes publicaciones, y ampliaron sus acciones reivindicativas. Hoy en día, para las feministas este aniversario, celebrado cada vez con mayor entusiasmo, ha posibilitado la construcción de una propuesta clara, con pensamiento propio y voz propia. Ha generado reflexiones acerca de la opresión y la subordinación que viven las mujeres. Ha creado las condiciones para fortalecerse ante la pobreza, el racismo y la violencia de la que son víctimas.

Para 1957 el escenario político de Honduras ya no era exclusivo de los hombres, las primeras tres mujeres buscaron el respaldo de votos y lo lograron, en Cortes Carmen Griffin de Lefevre, por el departamento de Atlántida Carmen Meléndez de Cálix Oliva y por el departamento de Francisco Morazán Herlinda Landa Blanco de Bonilla, las primeras tres diputadas al Congreso Nacional.

Carmen Griffin de Lefreve fue una política hondureña. En 1957 fue electa a la Asamblea Constituyente, convirtiéndose en una de las primeras diputadas en Honduras.

Miembra del Partido Liberal en el departamento de Cortés, Griffin fue nominado como candidato por el partido para las elecciones a la Asamblea Constituyente de 1957. Fue una de las tres mujeres elegidas, convirtiéndose en la primera mujer diputada en Honduras.

Carmen Meléndez de Cálix Oliva,  política hondureña. En 1957 fue elegida miembro de la Asamblea Constituyente, convirtiéndose en una de las primeras diputadas de Honduras. Meléndez, miembra del Partido Nacional en el departamento de Atlántida, fue nominado como candidato por el partido para las elecciones a la Asamblea Constituyente de 1957. Fue una de las tres mujeres elegidas, convirtiéndose en las primeras diputadas en Honduras.

Sin duda alguna, este 25 de enero es más político que en años anteriores. Las mujeres, tras el golpe de Estado de 2009, recuperamos, protagonizamos y escribimos nuestra propia historia y ratificamos nuestra resistencia a la opresión, la inequidad, la invisibilidad. Ya no hay vuelta atrás.

El 28 de junio de 2009 acontece el golpe de Estado coordinado por el Ejército, la oligarquía y la oposición contra el presidente Manuel Zelaya, esto como reacción por su promoción de las políticas de participación ciudadana y su cercanía con los gobiernos promotores de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA). Después del golpe de Estado, el pueblo se hizo presente en las calles, y Xiomara Castro encabezó la lucha popular en favor de la democracia y la restitución del Zelaya, y de las protestas ciudadanas surgió el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), mientras Zelaya aún se encontraba exiliado en Nicaragua. A consecuencia del golpe de Estado de 2009 se dio una sucesión de graves violaciones a los derechos humanos de miles de hondureños y hondureñas, represión de las manifestaciones, persecución política, secuestros, desapariciones, asesinatos de defensores de derechos humanos y medio ambiente, y censura en medios de comunicación independientes.

A partir de su participación en el FNRP, Xiomara Castro se dio a conocer como lideresa comprometida con el pueblo. En  2011 Manuel Zelaya fundó el Partido Libertad y Refundación, rompiendo con el bipartidismo tradicional en Honduras. En 2012 Xiomara

Castro Sarmiento es lanzada como candidata presidencial por el Partido LIBRE, sin embargo, como se demostró recientemente, se orquestó un fraude desde el Partido Nacional y se declaró que ella perdió las elecciones generales contra Juan Orlando Hernández del Partido Nacional de Honduras, quien a través de una reelección ilegal permaneció en la presidencia desde 2014 hasta 2022. En 2016, Xiomara Castro  es de  nuevo   aspirante a la presidencia, pero en 2017 cedió su candidatura al momento de conformarse la multipartidaria Alianza de Oposición contra la Dictadura para frenar la ilegal reelección de Juan Orlando Hernández. Nuevamente Hernandez se impone por medio de un fraude electoral, ante lo cual el pueblo se manifiesta contra esta injusticia y es reprimido de manera violenta.

En 2020, Xiomara Castro se convierte en la candidata de Libre para la presidencia de Honduras y gana las elecciones de 2021 con el 51.1% de los votos, así llega a ser la primera mujer presidenta en la historia de la República de Honduras, cargo que ejercerá hasta 2026. A partir del 2024, tendrá el cargo de presidenta pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y del Sistema de Integración Centroamericano (SICA).

Desde el comienzo de su mandato, la presidenta Castro ha mantenido su compromiso con el pueblo,  establecido en su Plan de Gobierno Bicentenario 2022-2026 en cual se  priorizan la inversión pública en programas de asistencia social, el acceso a la educación y salud gratuita, la defensa del territorio  nacional y el medio ambiente, la lucha contra la corrupción, la violencia y el narcotráfico en el contexto de una Honduras devastada por años de gobiernos autoritarios de derecha que priorizaron los intereses de la clase  oligarca por encima del bienestar común. Hablar de Xiomara Castro y de su accionar junto al pueblo hondureño, más que relatar una vida, es recordar lo que se ha batallado  y es inmortalizar a  las y los caídos en la lucha por Honduras. Es recordar que somos  resistencia.

Referencias

 [1]Elecciones y eventos 1948-1964 Archivado el 30 de octubre de 2020 en Wayback Machine The Library, UC San Diego

[2]Las Primeras La Tribuna, 3 de enero de 2017 

[3] CDM, CEM-H. Fortalecimiento del liderazgo de las mujeres en el espacio público. Dos experiencias de sistematizacíon. Comunica. Tegucigalpa, junio de 2009. 

[4] TSE. Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas y Reglamentos Elecciones Primarias 2012. Tegucigalpa, 2013. 

[5] Karla Milla MOVIMIENTO DE MUJERES EN HONDURAS EN LAS DÉCADAS DE 1950 Y 1960: CAMBIOS JURÍDICOS Y TRADICIONES CULTURALES 

[6] Rina Villars Para la casa más que para el mundo: sufragismo y feminismo en la historia de Honduras Editorial Guaymuras, 2001

[7] Annarella Vélez:  Breve historia del sufragismo en Honduras en Estudios de la mujer Blog de Anarella Vélez https://estudiosdelamujer.wordpress.com/2023/02/10/breve-historia-del-sufragismo-en-honduras/

[8] Annarella Vélez El movimiento sufragista en América Latina y Honduras en  https://estudiosdelamujer.wordpress.com/418-2/

[9] El pensamiento  de Xiomara Castro en sus discursos, Secretaria de las Culturas, las Artes y los Patrimonios de los Pueblos de Honduras, 2024

[10] José Manuel Zelaya Rosales: El Golpe 28J,   28 de junio de 2019

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Honduras: Cómo se construye la representación de las mujeres en las postrimerías de la Reforma Liberal 1929-1949, Anarella Vélez

enero 5, 2024 at 10:58 pm (Uncategorized)

Honduras: Cómo se construye la representación de las mujeres en las postrimerías de la Reforma Liberal 1929-1949  forma parte de una investigación más ambiciosa, la que he denominado Honduras: mujeres al margen de su Historia. Éste es un estudio dividido en tres partes por razones metodológicas. En la primera de ellas desarrollo la contextualización histórica y el estado de las representaciones y la cultura en el período que comprende de la Reforma Liberal, 1876-1949;  la segunda expone el tema central, destaca e ilustra el estado de las representaciones gráficas y escritas de las mujeres durante el cariato por medio del estudio de  las publicaciones de la época, específicamente del Instituto  Normal Central de Señoritas,  El Sol, La época, Ariel, entre otras;  La tercera parte es una sucinta reflexión acerca de los hallazgos de la investigación. 

            Las investigaciones históricas con perspectiva feminista en Honduras se han iniciado muy recientemente, de ahí la  certeza y la necesidad de analizar nuestro pasado partiendo de posiciones teóricas y militantes,  que puedan ser de utilidad para comprender nuestra propia problemática actual,  en tanto que  mujeres, a partir de la investigación de las representaciones sociales de las mujeres, a fin de conciliar lo individual con lo colectivo en el funcionamiento del pensamiento. Para ello es imprescindible apropiarse de las herramientas tanto epistemológicas como metodológicas. El concepto de representación social cruza las ciencias humanas, no es patrimonio de un área en particular, sus raíces se encuentran en la sociología y ha ganado una presencia relevante en la Historia de las Mentalidades. A partir de él explicamos los fenómenos del orden simbólico, explicándolos por medio de definiciones que se sustentan en las nociones de conciencia e imaginario.

Estudiar aquellos campos en el que las mujeres han sido representadas o ignoradas, y que de uno o de otro modo, ellas captan subjetivamente o indirectamente el modo en que su impronta ha sido predeterminada por la sociedad patriarcal, aun cuando ésta sea en apariencia,  invisibilizada, silenciada o anulada. Por esto es necesario indagar los recursos ideados por el sistema patriarcal para que ellas –en su mayoría– acepten el modo en que son representadas, aún así, no abandonan su decisión de coadyuvar a las procesos de transformación. Esto fue más claro a partir del estudio de Althusser, los Aparatos Ideológicos del Estado (1969: 1969, 1)

            Los estudios históricos han brindado un mayor y mejor conocimiento de la importancia de la representación social  en la trayectoria de las mujeres y, particularmente, en los procesos de participación en la transformación cultural,  política y económica de las sociedades, a pesar y más allá del androcentrismo y el logofalocentrismo.

            Sin embargo, el proceso de generar conocimiento acerca  del papel del sistema  educativo establecido para  una eficiente reproducción  de esquemas  y prejuicios sociales sexistas que deriva en la separación de hombres y mujeres,  en la exclusión de las mujeres, es una tarea urgente. Cómo influye la asignación del sexo en quienes conducen la educación mediante la expresión de valores y condiciones que se traducen en una educación y formas de representación destinada a reproducir el orden patriarcal.

            Esta investigación busca proporcionarnos información acerca del rol de las la representación de las mujeres en los diferentes campos del saber, del quehacer y la cotidianeidad, para re-significarlos y revalorizarlos.  Explorar nuevos acercamientos al pensamiento,  discurso,  afectividad y sexualidad de las mujeres: en los regímenes opresivos se espera de ellas sumisión y su rol como esposas y madres,  como un efecto directo del sistema educativo imperante.

            La metodología feminista, con sus  técnicas,  nos permite recopilar, obtener y analizar información, evidencias o datos más allá de la visión androcéntrica y distante. En esta investigación –feminista- de recurre a  los métodos de las ciencias sociales pero elijo observar y examinar todo aquello que aporta a la interpretación de nuestras objetas de estudio.

            Historizar el proceso de grafía de las mujeres  es condición imprescindible para comprender el modo en que se ha transformado la representación social de las mujeres considerando su interacción social y las mismas prácticas cotidianas, permitirán comprender las funciones sociales que se les han asignado.   

Contexto

            Durante el régimen colonial las escuelas funcionaron bajo el sistema clerical. Prestaba sus servicios educativos en las iglesias, casas particulares y en los conventos. La participación de la Iglesia en la educación de las niñas y niños se desarrolló sin controles: se enseñaba a leer y a escribir  para afianzar la  visión  del mundo propia de ese sistema excluyente. 

            El 20 de febrero de 1564 se abre la primera escuela de la colonia, en Santa María de la Nueva Valladolid de Comayagua, con el apoyo de Fray Jerónimo de Corella. En esta institución educativa se enseñaba gramática a los hijos de españoles peninsulares y criollos. En 1678 se solicita la creación de un colegio, el cual autoriza mediante Cédula Real, en 1679, cuyo edificio se termina en 1684. En ello juega un papel determinante el Obispo Fray Alonso Vargas y Abarca, llamándolo Colegio Seminario San Agustín, cuya base fue la escuela básica creada por Corella, en esta entidad se enseñó Gramática castellana, Gramática latina, Historia, Matemáticas, Teología y Moral. Éste a su vez se convierte en el Colegio Tridentino San Agustin  de Comayagua, autorizado mediante Real Cédula por Felipe V en 1738, en esta entidad se empezó a enseñar filosofía, música y cantos gregorianos, además de las antes mencionadas. En 1815 se eleva la solicitud de que el Colegio se convirtiese en Universidad; en 1820 se solicita que se abran las carreras de Leyes, Medicina y Cirugía de los vecinos, fueron sus promotores Romualda Castro y Manuel Pardo, que eran propietarios de escuelas y aceptaban pupilos. Durante la colonia las mujeres estuvieron excluidas de estas entidades educativas. 

            Con la independencia, en 1821, se reconoce formalmente la generalización pública de la enseñanza. En 1822, el Ayuntamiento de Tegucigalpa dicta la orden para que se abrieran escuelas de primeras letras, a ellas debían asistir todos los niños de cinco a catorce años (Inestroza; 2003, 24), se fundan escuelas mixtas y se mantiene vigente la educación religiosa en la currícula elemental. Por su parte, el Colegio siguió funcionando hasta 1827, año en que es clausurado debido al golpe de estado dado al gobierno de Dionisio de Herrera. Durante 17 años estuvo cerrado y es el conservador Francisco Ferrera quien, en 1843, lo reabre y se integra a la enseñanza de la Filosofía, la Teología dogmática, el Derecho civil, la Gramática y la Medicina. En 1847, durante el gobierno de Juan Lindo, se crea la primera universidad de carácter nacional, pasando a ser la Academia Literaria de Tegucigalpa a Universidad Central de Honduras. Nuevamente, las mujeres son excluidas de la de educación media y superior. 

            La Reforma Liberal (1877-1949) (Carías: 2007, 197) iniciada con el gobierno de Marco Aurelio Soto y Ramón Rosa, “período entre el nacimiento de Carías en 1876 y su monopolio del poder desde 1933 en adelante demarca una etapa de cambio inigualable en la historia hondureña” (Zelaya; 2008, i),  cuya fundamentación la encontramos en el principio de orden y progreso, etapa que fue bautizada por el Rosa como la nueva era.  Para alcanzar esa meta  los reformadores no tuvieron otro camino que instaurar un modelo educativo distinto, heredero de la ilustración, según el cual la educación pública debía formar la nueva ciudadanía. 

            Soto y Rosa diseñaron el sistema pedagógico que les era necesario para alcanzar su plan  de progreso y de orden. En este escenario,  promulgaron en 1882 un Código de y Mineralogía. Ambas solicitudes fueron desestimadas. En Tegucigalpa las escuelas funcionaban gracias a la contribución Instrucción pública en el cual quedaron establecidos los diferentes niveles de la educación: la primaria, la secundaria y la universitaria. Se fundaron escuelas para niñas y niños. Para entonces el segundo nivel era inexistente y se funda el Instituto Central. La Universidad también se reforma,  se le retira la autonomía y se la adscribe al Ministerio de Educación. 

            Los cambios en la instrucción que se gestaron a partir ésta primera reforma liberal (Membreño:2005, 434) se va concretando con la fundación en Tegucigalpa del  primer colegio elemental para niñas, el 13 de noviembre de 1877, en el cual estudió la maestra María Guadalupe Reyes de Carías (1869-) , el cual sería denominado El Progreso, de quien rescatamos estas reflexiones:

<El gobierno fundó por aquel tiempo el primer plantel femenino de Tegucigalpa, el primero en los de su clase, porque era colegio para el pueblo: a él acudieron presurosas las hijas de todas las clases sociales; allí se confundían la hija del padre acaudalado, la del orgulloso patricio, con la del pobre y el plebeyo. Bendita sea la idea del ilustrado ministro Doctor Rosa> (Del Cid: 1944, 104)

            Entre 1878 y 1884 los reformadores fundaron Escuelas Normales para la formación de las maestras hondureñas en las ciudades de Tegucigalpa, Comayagüela, Choluteca, Danlí, Goascorán, Intibucá, Juticalpa, La Paz, Ocotepeque, Santa Rosa de Copán y Yoro. En 1907 María Guadalupe Reyes de Carías sería la primera Directora de la Escuela para Párvulos de Tegucigalpa, fundada el 8 de junio de 1907. 

            Un frente cultural cobró vida en este contexto. La influencia del modernismo con la pluma de Rubén Darío se dejó sentir en esos tiempos y transmitió a las jóvenes generaciones una actitud crítica ante el tradicionalismo y  se pronunciaban en contra de la mojigatería imperante en la sociedad de entonces en el contexto del romanticismo, del modernismo y el posmodernismo. Los gobiernos liberales se declararon protectores del arte, de las letras y de la educación, siempre que  no se identificaran con el socialismo o el anarquismo.

            Pero estos cambios, en general,  tocaban a las mujeres tangencialmente. Desde las instituciones públicas se continuó considerando que el lugar más apropiado para ellas era la casa y la liberación siguió beneficiando a los hombres. Las que transgredían este orden, debían enfrentarse a la iglesia, el sistema educativo y toda la ofensiva del discurso patriarcal propio de los medios de comunicación convencionales. Es en este escenario que Lucila Gamero Moncada de Medina escribe la obra Blanca Olmedo, considerada la novela más representativa de la Reforma,  en ella la autora pone de manifiesto todo lo que la juventud laica y modernista rechazaba. 

            Ésta época coincide con el auge que va adquiriendo el imperialismo norteamericano, que convierte a nuestras naciones en neo-colonias, primero con la explotación mineral y luego la bananera. El capital extranjero explota el suelo nacional, anulando al Estado Nacional. Esta será la tónica de este período histórico.

            Con la crisis del capitalismo de 1929, en la mayor parte de los países Latinoamericanos se inició un proceso de desarrollo hacia adentro, pero en América Central, se consolidaron los regímenes represivos para salvaguardar los intereses de la economía cafetalera y bananera, según fuese el caso.  Dada la falta de un mercado interno, sin crecimiento urbano y sin una masa de  trabajadores el cambio de modelo era imposible. 

            Las tres primeras décadas del del siglo XX están signadas por la organización del movimiento estudiantil,  el movimiento obrero organizado –El Bloque Obrero Campesino presentó la candidatura presidencial de Manuel Cálix Herrera en las elecciones de 1932– y por las luchas de las mujeres que reivindicaron su derecho al voto y sentaron las bases del sufragismo. Se da la primera huelga de la historia del movimiento obrero en 1914, en la Mina de San Juancito y la de 1932 en las bananeras, la cual fue brutalmente sojuzgada por el gobierno de Mejía Colindres. En 1922,  Juan Pablo Wainwright a la cabeza, se funda el Partido Comunista. Una vez que Carías asciende al poder e instaura la paz, reprimiendo los movimientos sociales que apuntaban hacia los cambios sociales,   las compañías bananeras se encontraron en condiciones propicias para su crecimiento y afianzamiento. Todo actividad de oposición pasó a la clandestinidad y los intelectuales disidentes se exiliaron. 

            La Reforma Liberal,  iniciada en 1877,  termina en 1949 con el afianzamiento de la administración pública y la autoridad del gobierno central. En el proceso se consolidó una imagen de nación, para cuya consecución el papel de maestras y maestros fue vital. 

Honduras: Cómo se construye la representación de las mujeres en las postrimerías de la Reforma Liberal 1929-1949

            Las mujeres que con sus experiencias contribuyeron a la transformación de sus propias vidas y las de otras, aquellas que se vieron obligadas a transgredir el orden establecido: que no respetaron las normas instituidas, se saltaron las costumbres y marcaron la marcha hacia nuevas prácticas, aquellas que ignoraron el discurso que definía el modelo de mujer que necesitaba la sociedad patriarcal para su funcionamiento, sin embargo, la mayoría siguieron el sistema de valores impuestos a partir de los saberes impuestos a fin de que ellas actuaran de manera aceptable.

            Las maneras en que las ideas, el pensamiento, las creencias, van anidando en las mentes de las mujeres y definen sus comportamientos. Cito a Althusser:

                        “Como decía Marx, hasta un niño sabe que una formación que una formación social no sobrevive más de un año si no reproduce las condiciones de producción al mismo tiempo que produce. La reproducción de las condiciones de producción es, entonces, la condición última de la producción. Ésta puede ser simple” 

Hallazgos de la investigación

            Estudiar el enfoque de las representaciones y el campo de la cultura ya que existe una articulación originaria entre la representación social y la cultura y de ésta con la reproducción del sistema patriarcal.  El papel de las mujeres , más allá del ámbito de la educación formal,  en la formación de las fuerzas revolucionarias en la Honduras de la primera mitad del siglo XX puede simbolizarse en los nombres de Graciela Amaya García, maestra activista, perseguida y exiliada;  Visitación Padilla, maestra, escritora, activista antiimperialista y contra la dictadura cariista que luchó por los derechos políticos de las mujeres; Trinidad Del Cid, una vida dedicada a la lucha por los derechos de las mujeres; Lucila Gamero de Medina, narradora, médica y sufragista; Teresa Fortín, maestra de artistas plásticas en la Escuela Nacional de Bellas Artes, nos legó una obra a través de la cual las mujeres son visibilizadas;  Fausta Ferrera, maestra y narradora, nos legó una prosa desnuda de artificios con la que nos mostró la rustica realidad de la sociedad rural; Clementina Suárez, la poeta cuya voz se levanta contra la desigualdad; Mercedes Agurcia Membreño, cuya vida y obra estuvo dedicada al teatro, nos heredó obras teatrales de una profunda mirada hacia la sociedad en la que vivió. Olimpia Varela y Varela, empeñada a lo largo de su vida en el mejoramiento de las vidas de las mujeres.

            Todas ellas expresan la presencia de las mujeres en la construcción de una cultura crítica y de lucha contra la dictadura, fueron transgresoras pues rompieron con el rol asignado tradicionalmente a su género en las múltiples representaciones  colectivas. Se negaron a cumplir con el papel tradicional que las asocia al hogar, el cuidado del esposo, de los hijos y de ser “el pilar de la nación”. Ellas enfrentaron una doble dictadura, la milenaria enunciada en la dominación de género propia de la organización patriarcal de la sociedad y la dominación política, la cual se ejerce a través de las representaciones sociales. A pesar de esta doble subyugación, ellas se impusieron sobre el modelo económico que las vulnerabiliza y sobre el Estado que las subyuga. Durante toda la época de la reforma liberal, cuyo término se da con el cariato, las mujeres constituyen el pilar de la sociedad patriarcal, aún en condiciones de crisis económica, ella es reproductora de la fuerza de trabajo. Salen de sus hogares en busca de ingresos que les permitan cumplir con su rol asignado: el de madres-esposas abnegadas.  En este escenario ellas adquieren una fuerza transformadora que las ubica en la oposición, las organizaciones destruidas por el régimen son sustituidas por otras y se convierten en actoras fundamentales en el proceso de construcción de una sociedad más justa, más libre y democrática. Por ello es que la lucha de ellas va más allá del cuestionamiento de la dictadura y se plantean sus propia agenda política ante la exclusión de la que eran objetas. 

                        Su resistencia también se manifestó en la defensa de los dignidad humana de las y los privados de libertad, de las y los indigentes, organizándose para hacer frente a la subsistencia de estos sectores azotados por el hambre, la desigualdad y el desempleo.

            Las luchas de las mujeres arrojan luz a éste oscuro período de nuestra historia al ser ellas quienes generan las más numerosas jornadas de protesta y movilizan a importantes sectores de la sociedad hondureña. Ante su participación abierta el régimen expande nuevas formas de represión que va a ser dirigida a personas individuales (exilio de Graciela García y su esposo, por ejemplo) y a la masa que se manifiesta públicamente (manifestaciones del 4 de julio de 1944, desarrolladas simultáneamente en San Pedro Sula y Tegucigalpa, por ejemplo).  

            La exclusión económica de las mujeres es también un motivo que las impele a demandar equidad, lo que también irá modificando la estructura de la sociedad, pues aumenta el número de trabajadoras informales que nace de la necesidad de sobrevivencia.  

            Bajo la dictadura cariista lo colectivo fue considerado un riesgo para el orden y por ello se obstaculizó la andadura de las mujeres hacia su emancipación, la igualdad y la ciudadanía. Durante los diez y seis años de gobierno del Dr. y Gral, Tiburcio Carías  reinó la represión, la derogación de los derechos y la falta de libertad para ellas, sumado a las representaciones sociales se articulan a su modelo de mujer. La redefinición del papel de las mujeres fue una pieza clave en la maquinaria totalitaria, de ahí las reformas al sistema educativo mediante leyes nuevas, normativas y modelos. Se promovió el arquetipo de mujer sumisa y recatada que las excluía del ámbito público y las remitía al espacio privado como único espacio autorizado. Sin embargo, ninguna de estas medidas anuló su voluntad de resistencia ante las deshumanizadas medidas del régimen totalitario establecido en Honduras, y como un importante y mayoritario sector de ellas quebrantó su estabilidad, aún así,  la misoginia[i] y la tradición patriarcal las ha mantenido al margen de  nuestra historia.

Fuentes consultadas: 

1. Althusser, Louis (1989) Ideología y aparatos ideológicos del Estado (notas para una investigación), en La filosofía como arma de la revolución, 18 a. Edición, México, Siglo XXI, pp 102-151

Amaya de García, Graciela (1971), Páginas de lucha Revolucionaria En Centro América, Ediciones Linterna, México. 

2. Argueta Mario R. (2008) Tiburcio Carías. Anatomía de una época, Editorial Guaymuras, Tegucigalpa, Honduras

2. Ballarín, Pilar (2001) “La Construcción de un modelo educativo” en Duby, Georges y Michelle Perrot, (compiladores) (2001) Historia de las mujeres. Madrid, España, Editorial Taurus, 5 volúmenes, Ed. Sda.

3. Beauvoir, Simone de (1999) El Segundo sexo. Buenos Aires Argentina, Editorial
Sudamericana

4. Brom, Juan. (2011)Esbozo de Historia Universal, México,Edit. Grijalbo Mondadori

5. Besandon, Ney (1988) Los derechos de la mujer. México, D. F., Editorial Fondo de Cultura Económica.

6. Carías, Marcos. (2005) De la Patria del Criollo a la Patria compartida. Una Historia de Honduras, Tegucigalpa, Honduras, Edit. Ediciones Subirana.

7. Del Cid, María Trinidad, (1944), La vida ejemplar de Doña María Guadalupe Reyes de Carías, Taller Aristón, 158 págs, Tegucigalpa, 

8. Dodd, Thomas J. (2008) Tiburcio Carías. Retrato de un líder político hondureño. Instituto Hondureño de Antropología e Historia, Tegucigalpa, Honduras. 

9. Domínguez, I, Jorge (1985). Insurrección o lealtad. La desintegración del Imperio español en América. México, D. F., Editorial Fondo de Cultura Económica.

10. Durón, Rómulo E. (1978) La Provincia de Tegucigalpa bajo el Gobierno de Mallol,   
     1817-1821. San José, Costa Rica, Editorial Universitaria Centroamericana, EDUCA.

11. El Cronista, 24 de octubre, 1932.

12. El Sol, 11 de mayo de 1932.

13. El Trabajador hondureño, No. 7, 1 de septiembre de 1929

14. Febvre, Lucien (2000) Combates por la historia, Barcelona, España, Editorial ALTAYA

15.  Gold, Janet (2001) El retrato en el espejo. Una biografía de Clementina
Suárez. Tegucigalpa, Honduras. Editorial Guaymuras

16. González, José  (2005) Diccionario biográfico de historiadores hondureños. Editorial Guaymuras, Tegucigalpa, Honduras

17. Inestroza, Jesús Evelio (2003) La escuela hondureña en el siglo XIX, Editorial Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, Tegucigalpa, Honduras.

18. Denise Jodelet (1989), Representaciones sociales: un dominio en expansión. PUF, París.

18. La Época, 2 de enero de 1934, 1

19. Lisón Tolosana, Carmelo, (2007) Introducción a la Antropología social y cultural, España, Editorial Akal

20. Martínez Peláez, Severo (1979) La Patria del Criollo, Costa Rica, Editorial
Universitaria Centroamericana, EDUCA, 5ª. Ed.

21. Mejía, Medardo (1969) “Un interesante estudio sobre la obra de
Clementina Suárez” en Clementina Suárez, Tegucigalpa, Honduras. Sin
Editorial.

22.  Membreño, Mario (2005) Diccionario histórico-biográfico de la Educación Hondureña. Tegucigalpa, Honduras, Edición del autor, impreso por Litografía López

23. Notas y fuentes del Instituto Nacional de Estadísticas, INE
24. Oyuela, Leticia. (1994) Historia mínima de Tegucigalpa. Historia mínima de
Tegucigalpa. Tegucigalpa, Honduras, Edit. Guaymuras.

25. Paredes, Lucas (Sin fecha de edición) Drama político de Honduras, México, Distrito Federal, Editorial Latinoamericana

26. Paz, Octavio. (1950) El Laberinto de la Soledad. México, D. F., Editorial Fondo de Cultura Económica.

27. Posas, Mario (1977) Notas sobre las sociedades artesanales y los orígenes del movimiento obrero hondureño. A propósito de la obra de Graciela A. García, Páginas de lucha revolucionaria en Centroamérica, ediciones Linterna, México, 1971, Esp editorial, Tegucigalpa, Honduras.

28. Quijada, Mónica y Jesús Bustamante (2001) “Las mujeres en Nueva España: orden establecido y márgenes de actuación” en Duby, Georges y Michelle Perrot,
(compiladores) (2001) Historia de las mujeres. Madrid, España, Editorial Taurus, 5 volúmenes, Ed. Sda.

29. Redondo Goicoechea, Alicia (2008) Mujeres y narrativa. Otra historia de la literatura. Madrid, España Editorial siglo XXI 

30. Revista del Instituto  Normal Central de Señoritas, año V, Diciembre de 1939.  No. 32, Imprenta La Razón, Tegucigalpa, Honduras. 

31. Soto, María Luisa (1992) Historia de la mujer hondureña. Editorial Instituto Hondureño de Cultura Hispánica, Tegucigalpa, Honduras.

32. Suarez, Clementina (1934) “Programa de mujer”. Mujer, Semanario
Hondureño de Avanzada Feminista. Año 1 Num. 4. Tegucigalpa, Honduras

33. Suárez, Clementina (1984) Clementina Suárez: antología poética.
Tegucigalpa, Honduras. Editorial Offset/Cultura

34. Tuñón de Lara, Manuel (1979). Metodología de la Historia social de España. Madrid, España, Editorial Siglo veintiuno de españa editores s.a. Cita a Crubellier: <> en L’histoire sociale; sources et méthodes, París,
1967

El sol, 6 de junio de 1930

“mañana domingo  a las 5 de la tarde será inaugurada el Centro de Conferencias por la Liga anti alcohólica de Mujeres Hondureñas” se lee en una nota marginal

más adelante se lee la noble tarea emprendida por la Mujer Hondureña por la moralización

El Sol, 16 de junio

anuncio de pastillas rostro femenino


[i] La teórica feminista Marilyn Frye afirma que la misoginia es, en su raíz, falogocéntrica y homoerótica. En The Politics of Reality, Frye dice que existe un personaje misógino en la ficción de C. S. Lewis de la “Apologética cristiana”; argumenta que tal misoginia privilegia al hombre como sujeto de atención erótica. Compara los ideales de Lewis en las relaciones de género a corros de prostitución masculina, sosteniendo que comparten la calidad de hombres que buscan dominar temas vistos como menos propensos a asumir roles de sumisión por una sociedad patriarcal, pero lo hacen como una burla teatral hacia las mujeres.

A finales del siglo veinte, los teóricos de la segunda ola del feminismo afirmaban que la misoginia es al mismo tiempo la causa y el resultado de una estructura social patriarcal.

El sociólogo Michael Flood argumenta que la “misandria carece de la sistémica, transhistórica, initucionalizada, y legislada antipatía de la misoginia.”

Fuente: http://laisureste.com/uncategorized/la-teoria-feminista/ visitado en línea el 27 de febrero de 2016

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Ante la violencia que sufren algunas instituciones del Gobierno de la presidenta Xiomara Castro.

diciembre 16, 2023 at 12:54 am (Uncategorized)

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Solidaridad con la presidenta Xiomara Castro

diciembre 16, 2023 at 12:49 am (Uncategorized)

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16 días de activismo por los Derechos Humanos de las Mujeres. Anarella Vélez Osejo

diciembre 12, 2023 at 11:52 pm (Uncategorized)

La participación de nuestro gobierno junto a las mujeres organizadas y las feministas en la puesta en escenario de la problemática de la Violencia basada género tiene una larga y compleja historia. Sin embargo, el hecho más inmediato que explica su papel en Honduras es su respuesta a la convocatoria que impulsó la Secretaria  en los Despachos de la Secretaria de los Asuntos de la Mujer, Ministra Doris García Paredes, quien lidera a Juntas, instancia que reúne a todas las direcciones de genero de nuestro gobierno. 

En este contexto, decidimos integrarnos activamente a LAS INICIATIVAS que traten la problemática de la VBG con miras aportar una visión de la problemática descolonial, con ética y estética feminista  y en el que las mujeres de nuestro país sean partícipes y sean favorecidas con el fomento  al respeto de sus derechos de uso y control del cuerpos, incorporando el punto de vista de según el cual la paridad participativa y a sus derechos sexuales y reproductivos, entre otros temas, formen parte de la  cultura de la nueva ciudadanía, surgida desde la refundación de la patria, porque cultura sin visión de género es cultura patriarcal que sostiene y robustece al machismo misógino. 

Las instituciones del gobierno que preside Xiomara Castro, las fuerzas de las mujeres progresistas de Honduras, incluidas las feministas tenemos ante nosotras el desafío de articularnos para enfrentar el desafío de garantizar que nuestras instituciones incluyan a todos los sectores en el proceso de formación en la Prevención de VBG..

Por otra parte, en todo el mundo se conocieron los nefastos sucesos desencadenados desde el domingo 28 de junio de 2009 que activan a nuestro pueblo a mantenerse en resistencia y las feministas no fueron una excepción,  iniciaron su andadura política unidas y con una identidad propia que es necesario reconocer, desde entonces luchamos contra la violencia basada en género,  una problemática socio histórica que afecta a mujeres por sus diferencias etarias, origen de clase, culturas, origen geográfico o niveles académicos y va más allá de los arquetipos existentes respecto a quienes la sufren, por qué y dónde se produce. 

Parte de esta realidad se refleja en los datos de diversas investigaciones: en 2022 las denuncias por violencia doméstica se redujeron en 28.8% (6,907 denuncias) respecto a 2021. El 47% de las mujeres reportan ser víctimas de violencia psicológica, seguido por violencia física con el 35%. Las mujeres entre 18 y 30 años son las que más violencia doméstica sufren. Aproximadamente 8 de cada 10 denuncias por delitos sexuales fueron de mujeres en el año 2022. El 66% (1,806 víctimas) son menores de 18 años y las edades con más denuncias son entre los 13 y 17 años con el 40% (1,093 víctimas).

La información estudiada confirma que Honduras es uno de los países de América Latina con mayores índices de VBG,  incluyendo el femicidio. Esta preocupante realidad guarda relación con la alta tasa de embarazos en adolescentes, que en muchos casos son producto de violaciones sexuales. 

En este contexto y en base al escenario de violencia desde la secapph nos posicionamos ante elconcepto de VBG el cual denomina y denuncia una problemática que hasta hace poco formaba parte de la normalidad de las vidas de las personas, que no debía ventilarse públicamente y no existía una normativa que protegiese a las víctimas de la violencia. Esta situación legitima la actitud machista, misógina y patriarcal que subordina a las mujeres y que determina el poder históricamente desigual y reproduce el estatus quo de los hombres a través de la violencia. 

Finalmente debemos recordar que la violencia basada en género es una táctica de relación aprendida culturalmente, no se nace con ella y que los maltratadores eligen hacia quien dirigirán su violencia. Por ello desde la SECAPPH asumimos como propia las propuestas de Juntas y nos proponemos combatirla por todos los medios posibles para refundar la patria con paz, justicia y bienestar para todas y todos. 

Por esto Nuestra Secretaria de las Culturas, las Artes y los Patrimonios de los pueblos de Honduras, se adhiere a  las acciones que sean necesarias para lograr la puesta en practica  de unas Políticas Culturales que defiendan los Derechos de las mujeres y  en relación con el área de intervención artística y cultural y la Estrategia de Cultura como apoyo para lograr que se practiquen las artes como un derecho humano de las mujeres, con la finalidad de fomentar procesos participativos enfocados con las poblaciones de mujeres  indígenas, afrohondureñas, garífunas y jóvenes para el desarrollo sostenible de nuestra Nación hemos organizado la Orquesta Regional de Mujeres en camino a la Orquesta Mesoamericana de Mujeres 2024 que hoy nos acompañan en la clausura de los 16 días de activismo por los Derechos Humanos de las Mujeres. 

En memoria de las hermanas Miraval, de Berta Cáceres, de Jannette Kawas y Margarita Murillo  Les deseo fiestas de navidad y año nuevo libre de VBG, muchas gracias

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Festival de color en la Arada, Santa Barbara. Anarella Vélez.

julio 30, 2023 at 7:37 pm (Uncategorized)

La municipalidad de Arada nos ha honrado con la invitación a participar en su fiesta cívica, una hermosa tradición que ha experimentado un absoluto éxito elevando el perfil de la comunidad, poniendo de manifiesto el talento y la dedicación al enriquecimiento de sus manifestaciones artísticas y productivas que poseen sus pobladores. Para mí en lo personal, es una emoción cada ocasión que tengo de presenciar el desarrollo artístico que se está operando desde Santa Bárbara, y la capacidad que ha demostrado la bella gente de este departamento de situarse a la vanguardia de la construcción de la identidad cultural del país, al cultivar con una habilidad admirable una diversidad de artes. Y para la Secretaría de las Culturas, las Artes y los Patrimonios de los Pueblos de Honduras una ocasión como esta es la mejor oportunidad para forjar un nuevo convenio con la alcaldía de Arada y asegurar nuestro futuro acompañamiento y apoyo a sus iniciativas, esperando que su enfoque en las artes sea un vehículo para el desarrollo y el bienestar de su población.

Apreciamos y destacamos la importancia que Arada le ha dado al muralismo, una disciplina que tiene, más que cualquier otra, una capacidad inagotable para embellecer los espacios urbanos y darles un carácter de originalidad. Con buena fortuna, han abierto la puerta a la posibilidad de convertirse en un punto de intercambio cultural internacional invitando al artista venezolano Miguel Herrera a integrarse al Festival con su propuesta de mural. Debemos agradecer la gestión de la Embajada de Venezuela por facilitar esta participación, y recalcamos la importancia de continuar reforzando nuestros vínculos con los pueblos hermanos de Latinoamérica y estar atentos a las oportunidades que estos presentan.

El arte es el descubrimiento de nuevas posibilidades. En el momento histórico que atraviesa Honduras, que nos obliga a hacer una ruptura con el pasado reciente y edificar un futuro que pueda asegurar la prosperidad común, nuestro país necesita la mayor profundización en su actividad intelectual y cultural, como parte del proceso de estimar con certeza nuestro nuevo camino. Con esta intención, animamos a las autoridades y pobladores de Arada, así como a las autoridades departamentales y nacionales para seguir manteniendo nuestra tradición de actos artísticos y populares, y por parte de esta institución, reafirmamos que este es nuestro compromiso.

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Elempira. Anarella Vélez Osejo

julio 21, 2023 at 3:22 pm (Uncategorized)

El Día de Elempira. Anarella Vélez.

Es una singularidad en nuestras Américas que una moneda lleve el nombre de un cacique indígena, cuando la mayor parte del continente la denominación de las divisas cambiarias responde, por el contrario, al legado cultural colonial. Este hecho, que se ha asimilado a nuestra cotidianidad, llama a reflexión sobre la manera en que subsiste la memoria de este prócer como uno de los principales símbolos de nuestra identidad patria, pese al paso del tiempo luego de la represión brutal que sufrieron las culturas indígenas a manos de invasores que menospreciaron su civilización y de buen grado la habrían extinguido por completo.

Solo puede entenderse el interés que ha despertado la figura de Elempira a través de nuestra historia si reconocemos que los grandes pensadores de nuestro pasado vieron con fascinación la rica variedad de culturas originarias que habitan nuestro territorio, y desearon elevar la condición social de estos pueblos como paso importante para lograr la prosperidad de nuestro país.

Penosamente, esta visión se enfrentaría a la realidad adversa de que varios de los peores vicios de la cultura colonial que ya hemos mencionado subsistieron en nuestro pueblo aún después de la independencia y continúan manifestándose todavía después de todo el tiempo transcurrido. Es de todos conocido que nuestros pueblos originarios y afrodescendientes siguen enfrentándose a la marginación, la invisibilización y el abandono por parte del Estado y el resto de la sociedad. Estos problemas se agravaron con la radicación del neoliberalismo en suelo hondureño en las últimas décadas. Ha sido patente que esta ideología económica ha buscado suprimir y desplazar las manifestaciones culturales que no están en manos de los grandes capitales.

Como contraposición a este proceso de exclusión social, se ha alzado el movimiento indígena organizado para reivindicar los derechos de nuestros pueblos. Hoy en día son ampliamente conocidas en Honduras las importantes organizaciones que han tomado esta bandera de lucha, y las dificultades y persecución que han seguido por defender su dignidad e integridad.

Cobra entonces una importancia renovada la figura de Elempira y su valiente resistencia y victoria ante los conquistadores. Pese al daño que ha sufrido la identidad hondureña a medida que nos hemos transformado en una sociedad de consumo, nuestros símbolos nacionales adquieren un valor renovado. Con la crisis del neoliberalismo, modelo completamente desgastado tras el golpe de Estado y el régimen nacionalista, el gobierno de Xiomara Castro auguró para Honduras una propuesta de socialismo democrático, que asume un marcado interés en el rescate de nuestras etnias indígenas y afrodescendientes, su cultura, tradiciones, y posición social. Planteamos que este es un proceso imprescindible para alcanzar la prosperidad común del pueblo hondureño, aunque sabemos que constituye un reto considerable, que requiere que se renueve en todos sus frentes la participación ciudadana en pro de nuestros objetivos comunes.

El día de hoy esta es nuestra esperanza, y notamos que el espíritu noble y entregado de Lempira y la gran historia nacional que representa están más vivos que nunca en la conciencia hondureña.

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Notas ante el Bicentenario de la verdadera independencia de Centroamérica. Anarella Vélez Osejo.

julio 8, 2023 at 3:33 pm (Uncategorized)

Anarella Vélez

El 15 de Septiembre de 1821, las antiguas provincias que integraban el Reino de Guatemala se autoproclaman libres del dominio de la Corona Española. Sin embargo, el régimen gubernativo no cambió sustancialmente,  se mantuvieron las  autoridades y funcionarios públicos españoles en sus respectivos puestos, con la condición de trabajar por el nuevo país independiente. La crisis económica y política después de la firma del acta de Independencia obliga a los Estados recién emancipados a aceptar la propuesta del Imperio de Agustín de Iturbide de anexarse a México, la cual es aceptada por la Junta Gubernativa de Guatemala encabezada por Gabino Gaínza, confirmándola el 5 de enero de 1822 ante la oposición de San Salvador. Tras la caída del Emperador Iturbide surgió el clima propicio para recobrar la independencia absoluta y triunfa la propuesta de organizar  la Federación Centroamericana, la cual declaró mediante Decreto del 1º. de julio de 1823, su absoluta independencia no solo de España y México, sino de cualquier otra nación que quisiera someterlos, a partir de ese momento adopta el nombre de Provincias Unidas del Centro de América, integradas por Guatemala, San Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.

Por múltiples razones, el progreso de nuestro país depende de que, como ciudadanía, sepamos recordar y comprender nuestros procesos históricos más cruciales. Nuestra Independencia es la fiesta cívica suprema de Honduras precisamente porque nos recuerda que los cambios que necesitamos emergen del trabajo conjunto y organizado de los integrantes de una nación en pro de una meta común, y a esto debemos nuestra existencia como un país soberano. De este hecho histórico y de las luchas de nuestros próceres emancipadores aprendemos que la más elevada condición de la voluntad humana se desprende de considerar el bien común como principio central en nuestros emprendimientos personales. Ese es el fundamento de una democracia que prospera.

Los retos que enfrenta hoy Honduras para asegurar el bienestar de su población son, como en la época de la Independencia, realmente enormes. En realidad se ha tratado de una constante de nuestra historia: la necesidad de cambios apremiantes y urgentes en Honduras es evidente, pero igualmente debemos reconocer que quienes los abanderan han encontrado una resistencia férrea de parte de sectores anclados en el pasado. El proyecto democrático reformador en la Federación Centroamericana fue antagonizado por potentados e instituciones que se habían beneficiado de la colonia española y pretendían preservar este sistema, y fue inevitable que las Repúblicas de la Federación heredaran en parte el radicalismo y la injusticia del imperio conquistador. En cierta medida, ese radicalismo tradicionalista ha subsistido en Honduras hasta la fecha, y es por ello que solo los reformadores más brillantes han logrado impulsar un progreso social significativo en puntos clave de nuestra historia. Tal y como pensamos inmediatamente en Francisco Morazán al evocar esta imagen, quisiéramos que los hondureños resaltaran otro punto histórico en su memoria, el momento en que se aprobó el sufragio universal en 1955 gracias al activismo del movimiento de mujeres organizado, liderado por varias de las mujeres más brillantes de nuestro pasado. A partir de este momento la mujer comienza su plena integración en la vida cívica de nuestro país, para beneficio de la población completa.

Pero hoy es innegable que los hondureños no podemos permitirnos seguir esperando la emergencia de nuevos movimientos históricos; hoy la superación de nuestras dificultades depende de que seamos capaces de plasmar como nación toda nuestra voluntad democrática y que las grandes mayorías se involucren en la defensa de su interés común. Como gobierno, tenemos esta claridad y nuestra esperanza es ser los facilitadores de este proceso; hemos trabajado en ello desde mucho antes de llegar al poder. Nos orienta la certeza de que la herencia que nos han dejado las brillantes mentes que dirigieron nuestra Independencia es el temple democrático, y que este está hoy más vivo que nunca en el corazón de las y los hondureños. 

A 200 años de la firma de nuestra verdadera independencia  y del nacimiento de la Federación Centroamericana, quedan los retos de mantener vivos en nuestra memoria colectiva las luchas realizadas por nuestras y nuestros ancestros pues sin duda alguna han afianzado nuestra identidad, robustecido nuestros valores y han fortalecido la nación. Urge mantener viva la esperanza. 



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Las próceras en la emancipación y la construcción de la Federación Centroamericana. Anarella VELEZ OSEJO

junio 5, 2023 at 11:21 am (Uncategorized)

Imagen de Rigoberto Paredes Vélez

El estudio del papel de las mujeres en las diferentes etapas del proceso de independencia de la región mesoamericana (1810-1842) es reciente. Se sabe que en La Nueva España, apenas el 20% de la población sabía leer, el porcentaje de las mujeres alfabetas era considerablemente menor, pues la formación de ellas en materia de cultura, en general, no sobrepasaban la educación elemental. La transmisión de la información en el caso de las mujeres era de viva voz, de ahí que la participación de ellas esté tan relacionada con las actividades de sus propias familias: padres, hermanos, esposos, hijos.

Muchas mujeres partíciparon en los acontecimientos históricos y políticos de su época. Sin embargo, sólo a partir de la concepción feminista de la economía, la historia y el ejercicio del poder, nos hemos distanciado de la visión tradicional de las ciencias sociales por ser ésta androcéntrica, patriarcal y racista, lo que nos permite enfocarnos en la diversidad de trabajos realizados por las mujeres, particularmente en el ámbito privado, pues en la medida en que éstas son incluidas en su papel económico, político y social, de esta manera visibilizamos y concientizamos acerca del hecho de que sin sus capacidades muchos de los movimientos sociales no habrían sido posibles. Este modelo cuestiona la economía y la historia basada en las preferencias culturalmente masculinas. Se trata de historizar inclusivamente la economía familiar, sus conexiones con el ámbito público y político. Estudiar todos los procesos que sostienen y reproducen la vida, los cuales no fueron ni son remunerados y son llevados a cabo por mujeres y por ello han sido considerados secundarios y han sido ocultados, aunque se encuentren a la base del sistema social.

Consecuentemente debo mencionar algunos de los casos de mujeres  más destacadas en la región centroamericana, la cual se independiza de manera definitiva el 1 de julio de 1823.

Hoy, más que nunca, rescatamos del olvido sus vidas ejemplares y las reconocemos como nuestras ancestras. 

HONDURAS

La situación de las mujeres en la periferia del Virreinato de la Nueva España, particularmente en el Reino de Guatemala, particularmente en Honduras, es de una gran complejidad. Sin embargo, puede ilustrarse a partir de una selección de casos históricos que considero representativos de ciertas clases sociales y étnicos, particularmente de las criollas involucradas en el proceso de emancipación y la construcción de la Federación:

María Josefa Valero Morales

María Josefa Valero Morales (Comayagua, 1787), esposa del prócer José Cecilio del Valle y las hermanas de Valle, Francisca y Manuela Díaz del Valle a quienes, como he dicho antes, él las llama sus “amadas Pepa, Chica y Nela, son tres mujeres que hicieron posible que Valle hiciera una vida política muy rica.

Josefita fue hija de José Mariano Valero y Antonia Morales, ambos de Comayagua. Fueron sus hijos Bernardo del Valle Valero, Mercedes del Valle Valero y Dolores del Valle Valero. Se sabe que José Mariano Valero fue apresado por gritar en contra de Manuel Godoy, 

Micaela Josefa Quezada Borjas

Micaela Josefa Quezada Borjas, esposa de Dionisio de Herrera y Díaz del Valle[1]. Micaela Josefa acompañó a Dionisio de Herrera en toda su carrera política. Éste se convirtió en un abogado y político hondureño y de talla centroamericana, llegó a ser reconocido como un preclaro representante del pensamiento y las acciones liberales y uno de los centroamericanos más ilustrados de su tiempo, mientras ella hacia el trabajo reproductivo, procreando ciudadanos, les daba su primera comodidad: la leche materna, limpiaba el ambiente, negociaba la libertad de Dionisio.

Guadalupe Quezada Borjas

Guadalupe Quezada Borjas, la madre de Francisco Morazán Quezada (1762-1843) – fue hermana de Micaela Quezada Borjas, esposa de Dionisio de Herrera—, se casa con José Eusebio Morazán Alemán cuando éste contaba con 21 años mientras que Doña Guadalupe Quezada Borjas contaba con 30 años de edad. Quezada ilustró a su hijo y le enseñó los más altos valores de la época. Apunta Alvarado García que los padres de Morazán, no utilizaron la alta posición a que ascendió su hijo para medrar el calor oficial, ni para satisfacer venganzas personales, ello explica las esencia del carácter de Francisco Morazán.

Margarita Lozano y Borjas

Margarita Lozano y Borjas, esposa de Juan Miguel Lastiri, contibuyó a forjar una familia de considerables recursos económicos, los Lastiri-Lozano, de gran influencia política. Aportó una esmerada educación a todas sus hijas: Josefa, Petrona, Lucía y Dolores . Petrona se casó con el coronel Don Remigio Díaz, héroe de la batalla de la Trinidad; Lucía con Don José Santos del Valle, quien ejerció interinamente la Jefatura del Estado de Honduras; Dolores con Don Diego Vigil y Cocaña, último Vicepresidente de la República Federal y Josefa con Francisco Morazán Quezada.

Josefa Lastiri

Josefa Lastiri, bautizada con el nombre de María Josefa Ursula Francisca de la Santísima Trinidad, en la iglesia parroquial de San Miguel de Tegucigalpa, el 22 del mismo mes, por el Cura Vicario Juez Eclesiástico de ese beneficio, Juan Francisco Márquez.

A Josefa le tocó crecer   en esos años en los que en la región centroamericana arraigaba la noción de la emancipación, cuyos antecedentes inmediatos los encontramos en el levantamiento de 1811  en la ciudad de San Salvador. El 13 de diciembre de 1811 el pueblo de León, Nicaragua,  encabezado por el fraile guatemalteco  Benito Miguelena se levantó contra las autoridades españolas.  El 22 de diciembre, en Granada se reunieron en Cabildo Abierto, y se levantaron contra el orden colonial.

También vivió los acontecimientos relacionados con los separatistas de Tegucigalpa. Estos  decidieron seguir  el modelo de la sublevación  salvadoreña, es decir,  derrocar a las autoridades constituidas, apoderarse de las armas y dinero guardado en la Plaza de Armas y en la Caja Real. Alcanzados estos objetivos pasar a liberar a los prisioneros, proclamar la independencia y devolver a España a los altos administradores peninsulares. Un nuevo levantamiento ocurrió en San Salvador, el 24 de enero de 1814, el cual estuvo encabezado por el Sacerdote Dr. Matías Delgado.  Esta experiencia caló las conciencias de las/os jóvenes y preparó la independencia de 1821.

La formación recibida en el seno del hogar modeló su carácter y la convirtió en una distinguida joven,  en una mujer de carácter que frecuentaba los salones de la ciudad de Tegucigalpa. En 1808, Josefita  contrajo  matrimonio con un acaudalado joven de su misma edad, Don Esteban Travieso y Rivera, nacido el 2 de septiembre de 1792. Tras la boda, los Travieso Lastiri establecieron su residencia en la ciudad de Comayagua.

De ese matrimonio nacieron cuatro hijos: Ramona, Tomasa, Paulina y Esteban Travieso y Lastiri. Don Esteban falleció en Tegucigalpa el 27 de febrero de 1825, Josefa contaba con 32 años de edad. Heredó a su familia un considerable patrimonio,  en el que figuraba la hacienda de Jupuara o Rancho Chiquito.

El modo en que se desarrolló el vínculo amoroso entre Francisco y Josefita  son la constancia  de sus ideas liberales, és†as les permitieron asumir su situación con bastante libertad y naturalidad.  Sin embargo,  dbido a la presión social propia de una sociedad conservadora como la Comayagua,  celebraron su matrimonio en esa  ciudad el 30 de diciembre de 1825, cuando ambos tenían treinta tres años. Fueron testigos de su boda el Coronel Don Remigio Díaz, esposo de Doña Petrona Lastiri, y Don Coronado Chávez, años después Presidente de Honduras.

Josefa y Morazán enfrentaron juntos Las adversas circunstancias históricas por las que atravesaba  la región centroamericana.  El  hogar de los Morazán Lastiri no tuvo una vida sosegada. Las discrepancias ideológicas, reflejo de los diferentes intereses económicos se resolvieron con la guerra.  El Gobierno de Don Dionisio de Herrera, en el que Morazán se desempeñaba como Secretario General y Presidente del Consejo Representativo, se enfrentó con las autoridades federales, quienes enviaron sus tropas a Honduras y en abril de 1827 sitiaron la ciudad de Comayagua, la que fue decididamente defendida por sus pobladores.

El 10 de mayo  de 1827, a las once de la mañana, entraron triunfantes Comayagua las tropas federales, comandadas por el Coronel José Justo Milla. Dionisio de Herrera, el Jefe de Estado legítimo de Honduras, fue capturado por los invasores y enviado  para Guatemala.  Lo sustituyó Cleto Bendaña, impuesto por el mismo Milla.

De su breve estadía en Costa Rica, tras el fusilamiento de Morazán,  podemos destacar que permaneció un tiempo en Heredia, protegida por el anti carrillista Moya.   Meses más tarde se trasladó a El Salvador en la goleta Coquimbo, el 12 de diciembre desembarcaba en el puerto de La Unión para establecerse en Cojutepeque, con un frágil economía familiar. Los bienes heredados de sus padres y de los Travieso sirvieron para sufragar  las campañas de  Morazán a favor de la democracia y la unidad centroamericana. 

Josefa acompaña a Morazán desde muy tempranamente en todas las acciones que emprendió Morazán y le acompañó hasta su muerte, en el fortalecimiento de los cimientos de la Federación Centroamericana. Consecuentemente, también respaldó al general Morazán en sus actividades políticas y militares. 

En estas contiendas perdió prácticamente el cuantioso patrimonio heredado de su familia y de su primer esposo. Después de la caída del ejército revolucionario y el injusto fusilamiento de Morazán en septiembre de 1842, Josefa y su familia regresaron a El Salvador en el reconocido barco Coquimbo. Murió en la ciudad de San Salvador el 15 de agosto de 1846. 

GUATEMALA

Dolores Bedoya de Molina

Dolores Bedoya de Molina nació un 20 de septiembre de 1783, en Guatemala y falleció un 9 de julio de 1853 en la Ciudad de Guatemala, a los 70 años de edad. Bedoya de Molina es la más reconocida de las mujeres que animaron la Independencia de Guatemala y que acompañaron a los independentistas como mensajeras y otras actividades de vigilancia, alternando con militares realistas a fin de que cambiaran de facción, como traficantes de armas, como sugerentes seductoras de los realistas, y como rehenes para obligar a sus familias a someterse o proceder a favor de la independencia. Se sabe que sus enunciados, los que realizó andando por las calles de la Ciudad de Guatemala, animaron a que la población apoyara la firma del acta.

Ha quedado bien establecido que la mañana del 15 de septiembre de 1821 Dolores se encontraba entre un grupo de mujeres y hombres en los alrededores del Palacio Nacional. Cuando se confirmó la firma del Acta de Independencia quemaron cohetillos, llevaron música y celebraron la ruptura con el imperio colonial.

Bedoya sobresalió en una época en la que las mujeres tenían una participación en temas políticos poco reconocida y visibilizada, pues ellas eran responsables de alimentar a los sublevados, transportar las comunicaciones y avituallamientos. La participación de Bedoya de Molina sentó las bases para que se las incluyera más en decisiones sociales en el futuro.

Dolores Bedoya fue hija de Pedro Bedoya y de Manuela Antonia González. El 9 de febrero de 1804 contrajo matrimonio en la Catedral Metropolitana con el doctor Pedro Molina. Ella viajó a Granada, España, junto a su esposo, donde procrearon sus primeros cuatro hijos, de los ocho que conformaron la familia: Pedro, el mayor nació en 1809 y se inclinó por la carrera militar. En 1810 nació Concepción, quien se casó con Manuel Urungaray, hombre de decidida y relevante participación cívica y política en Centroamérica.

Posteriormente, en 1812 nació Felipe Francisco, quien se dedicó a la agrimensura. Fue un diplomático y político que realizó una interesante actividad en Costa Rica y Norteamérica. El cuarto hijo, José Ramón nació en 1813 y vivió más tiempo en Guatemala. Estuvo casado con Leona Flores, posiblemente nieta del ilustre doctor José Felipe Flores.

En 1814 Dolores Bedoya y su esposo regresaron a Guatemala, donde nacieron cuatro hijos más: José, quién murió a la mayoría de edad; Manuel nació en 1817, era militar y fue fusilado en 1842 en Costa Rica, fusilado por el ejército de Francisco Morazán por orden del Congreso que se reveló contra Francisco Morazán; Luis nació en 1819, habiendo sido abogado y diplomático; y Vicente, quien nació en 1821, fue médico.

Dolores Bedoya de Molina, en una carta dirigida a uno de sus hijos nos dejó sus más intimas convicciones respecto de la mujer:

La mujer es en su juventud una flor que de el hombre usa como la abeja y marchita y gasta… que es agente, que no necesite del hombre para subsistir, que se le dé una educación para que se baste a sí misma. Yo estoy por la independencia.

DOLORES sufrió la pérdida de su hermano a manos de Mariano Antonio de Larrave quien fue el Alcalde Primero del Ayuntamiento de Guatemala durante la Independencia de Guatemala. Era partidario de la anexión a México, aunque fue uno de los 13 firmantes del Acta de Independencia. El 30 de noviembre de 1821 comandaba una patrulla cuando se encontró con un grupo de liberales, a quienes llamó al orden sin éxito. Por ello ordenó disparar contra los civiles, matando a Mariano Bedoya -hermano de Dolores Bedoya de Molina– y a Remigio Maida.

EL SALVADOR

Las Hermanas Miranda.

María Feliciana y su hermana Manuela Miranda, salvadoreñas, o mejor dicho centroamericanas, jugaron el papel fundamental de divulgar entre los criollos que se estaba organizando el primer movimiento independentista en San Salvador. Sin embargo, la historiografía patriarcal solo ha mencionado a los hombres. Se conoce que éste fue liderado por los presbíteros José Matías Delgado, Nicolás, Vicente y Manuel Aguilar y el general Manuel José Arce, entre otros, un 5 de noviembre de 1811.

La zona de Sensuntepeque se alzó un 29 de Diciembre de 1811. Las hermanas hicieron circular la noticia del movimiento patriota en Sensuntepeque, promoviendo un levantamiento general contra el imperio colonial, haciendo un vocería y tocando un tambor.

Pero el movimiento fracasó y las hermanas Miranda fueron capturadas por los españoles y procesadas en Sensuntepeque tiempo después del movimiento patriota. Se les privó de la libertad y las encerraron en el Convento de San Francisco de la localidad de San Vicente de Austria y Lorenzana. Fueron condenadas a cien azotes a cada una y a servir sin salario en la casa de un sacerdote por el resto de sus vidas. María de los Ángeles murió en 1812 a los 22 años de edad, luego de ser azotada frente a la multitud que se aglomeró en la plaza central de San Vicente.

En el proceso de emancipación de Centroamérica, también cabe mencionar a María Antonia Arce y María Felipa Aranzamendi. Ambas acopañaron a sus esposos en sus luchas emancipadoras y fueron defensoras de sus esposos encarcelados en Guatemala y San Salvador por revelarse en contra del imperio colonial. Sin duda ellas también fueron activistas, conspiradoras, espías y mensajeras. Entre ellas también se pueden mencionar los nombres de Mercedes Castro (fusilada en San Miguel por su lucha libertaria), Josefina Barahona, Micaela y Feliciana Jerez también destacaron por su apego al proceso libertario.

Doña María Felipa Aranzamendi

Doña María Felipa Aranzamendi (1792-1845) fue declarada Prócera de la Independencia, según Decreto Legislativo del 11 de diciembre de 2003, era hija de ilustre familia criolla de San Salvador; y fue esposa del Gral. Manuel José Arce. En 1822, cuando las fuerzas guatemaltecas y mexicanas invadieron San Salvador para forzarla a la anexión a México, doña María Felipa y su cuñada Manuela Arce bordaron la bandera azul y blanca que todavía es emblema de El Salvador.

NICARAGUA

Josefa Chamorro

En Nicaragua destaca la participación de Josefa Chamorro en 1811 – una de las primeras independentistas de Centro América – quien se levantó junto a Juan Argüello y Manuel Antonio de la Cerda para declarar a la ciudad independiente de España y de León, determinada de desterrar las monarquías e impulsar ideas republicanas, independentistas y libertarias. Josefa Chamorro y el párroco de la ciudad leyeron el bando que abolió

totalmente la esclavitud. Sin embargo aquel levantamiento no duró mucho, fue brutalmente desarticulado por las tropas del Rey y Josefa Chamorro fue encarcelada junto a los hombres en la Costa Atlántica de Honduras, en las masmorras de San Fernando de Omoa.

La historia oficial ha invisivilado su nombre, el cual solo ha sido recogido en la plancha trasera del Obelisco de la Independencia que se erigió a los actores de 1811 y 1812.

Durante la supuesta Independencia de Centro América en 1821, los criollos granadinos asumieron el rol de los españoles, incluso en la marginación y opresión de las mujeres, prohibiendo el acceso a la educación o a participar. Sólo que las mujeres no se han quedado de brazos cruzados, desde entonces ha habido mujeres que han cuestionado a quienes detentan el poder y han pujado por cambios que las incluyan. Eso no ha sido del agrado de los

gobernantes. Los años siguientes a la Independencia fueron de incertidumbre y búsqueda, pasando de ser parte de una Capitanía a ser parte del Imperio Mexicano, de la Federación Centroamericana hasta ubicarse como países independientes. En el caso de Nicaragua,

también se vivieron conflictos internos. Pero en todo esto, había algo claro para los criollos ahora gobernantes: el lugar de las mujeres era en las casas, criando y atendiendo a las familias.

COSTA RICA

Juana del Castillo y Palacios

Juana del Castillo y Palacios(1799-1841), sobrina del presbítero Florencio del Castillo, se casó con Juan Mora Fernándesen San José el 13 de enero de 1819 con el que tuvo once hijos: María Josefa Eugenia de Jesús, José María, María Escolástica de Jesús, Innominado (mellizo), Inmominado (mellizo), José Frutos, Ramón, Juan María Gordiano de Jesús, Juana Dolores de Jesús (Juanita), Camilo de Jesús y Adela de Jesús Mora del Castillo. Como esposa de Juan Mora Fernándesle acompañó en su carrera como comerciante, maestro y político costarricense, como Jefe de Estado de Costa Rica y reelecto en dos ocasiones, de manera que guio al recién surgido Estado de Costa Rica en tres administraciones (1824-1825, 1825-1829, y 1829-1833). Le acompaño en su labor incentivadora del cultivo de café en Costa Rica, lo cual cambió la economía, sociedad, cultura y política del país.

Petronila Chacón y Evarista Hidalgo

Petronila Chacón fue la primera esposa de Felix Fernández y Tenorio y Aguilar con quien contrajo nupcias en San José el 2 de mayo de 1785 con y Josefa Evarista Hidalgo y Oreamunofue la segunda esposa de Felix Fernández y Tenorio, con quien se casó en Cartago el 21 de junio de 1807, quienes quienes le acompañaron en su carrera como militar y político costarricense, nacido en San José, Costa Rica, en 1754. Fue hijo de Pedro Nicolás Fernández y Acosta y de María Catarina Tenorio y Castro.

Francisca Carrasco Jiménez (Cartago, 8 de abril de 1816 – San José de Costa Rica, 30 de diciembre de 1890, más conocida popularmente como Pancha Carrasco, considerada como una heroína costarricense por su participación durante la Campaña Nacional de 1856-1857 en contra del filibusterismo.

De origen campesino, Francisca Carrasco Jiménez nació el 7 de abril de 1816 en la aldea Taras, cerca de la villa de Cartago, a orillas del río Reventado, en el seno de una familia de mestizos y mulatos, hija de José Francisco Carrasco Méndez y María Trinidad Jiménez. Contrajo matrimonio (y enviudó) en tres tres ocasiones: la primera en 1834 con Mario Solano, la segunda con Espíritu Santo Espinoza, y la última con Gil Zúñiga.

La vida de Pancha Carrasco fue como la vida de la mayoría de la mujeres de su tiempo, signada por las dificultades las que enfrentó con convicciones republicanas, con bravura, resuelta y dispuesta, así alcanzó un lugar esencial en la historia de la defensa de la libertad y la soberanía de Costa Rica.

En aquella época las mujeres aún eran excluidas de los sistemas oficiales de la educación Francisca logró aprender a leer y escribir, con lo que tuvo acceso a mayor información.

[1] José Dionisio de la Trinidad de Herrera y Díaz del Valle (9 de octubre de 1781, Choluteca, Honduras-13 de junio de 1850) fue hijo primogénito de don Juan Jacinto Herrera quien fue Alcalde Provincial de la Villa de Choluteca desde 1793. Su madre fue Paula Díaz del Valle Izaguirre,hermana de la madre del prócer de la independencia centroamericana, José Cecilio del Valle.

Su esposa fue Micaela Josefa Quezada Borjas, con quien se casó en 1802, llegó a procrear 9 hijos. Doña Micaela era hermana de la madre del General Francisco Morazán, Guadalupe Quesada Borjas, de quien Herrera fue tutor.

Su hermano Justo José Vicente Herrera Díaz del Valle ejerció el cargo de Jefe Supremo del Estado de Honduras de 1837 a 1838 y otro hermano, Próspero José Herrera Díaz del Valle, era diputado y ministro plenipotenciario ante Francia e Inglaterra.

2. Manuel Godoy protegido de la reina María Luisa por su belleza e inteligencia,  hombre fuerte de Carlos IV, secretario de estado de Carlos III y generalísimo de Fernando VII. Manuel Godoy hizo todo lo posible por impedir que la educación llegara a América. 

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